Cuando las acciones que marcan una historia no se refrescan en la memoria, terminan siendo eclipsados y llevados por el camino del olvido, más allá de lo significativo que sea para marcar una huella en la sociedad.
En Colombia, son innumerables los hechos, las acciones y gestas de individuos que en su momento fueron memorables, pero que con el paso del tiempo están en el ostracismo. Pasa mucho en el deporte, cuando se genera algún acontecimiento o un deportista tiene grandes gestas, en su momento se generan grandes oleadas de efervescencia y calor ocasionado por el ruido mediático, pero, al ser este, un país sin memoria más temprano de lo natural todo termina por olvidarse.
No se desliga de esta realidad un grande del atletismo colombiano en la década de los años 80”, Ricardo Antonio Biojó Cortés, velocista que brilló representando a su país, al departamento donde se formó, el Valle del Cauca, quien tuvo que fallecer a sus 61 años para que su nombre tomara de nuevo relevancia y volviera a estar en la memoria de los colombianos, especialmente en la gente de su deporte que lo vio triunfar.
Ricardo Antonio Biojó, primero de izquierda a derecha
El múltiple campeón nacional, suramericano e iberoamericano de la época, especialista de las pruebas 110 y 400 metros Vallas, oriundo de Tumaco en el departamento de Nariño y radicado en Cali desde los seis años, murió el pasado miércoles 19 de marzo en Bogotá, a raíz de un accidente laboral, al caer de un andamio cuando pintaba la fachada de una edificación.
El imbatible de Colombia de las 400 vallas en la década del 80, campeón Suramericano juvenil en Rosario Argentina 1982; campeón de Colombia y del Valle del Cauca en múltiples oportunidades; además de campeón iberoamericano en España 1984, fue despedido desde Cali hacia el Cielo el día sábado 22 de marzo, por su familia y amigos del atletismo de su época, entre ellos uno de sus dos entrenadores más sobresalientes que tuvo, el legendario Pedro Grajales.
“Nos ha dolido mucho la muerte de Ricardo; además por la forma en que murió accidentado. Era tremendo atleta, muy juicioso y dedicado a sus entrenamientos que hacía a doble jornada. A mi regreso al Valle del Cauca, después de una década de estar en Medellín, tuve el placer de entrenarlo desde el año 1982 cuando Carlo Ávila se retiró y me dejo todos los planes de entrenamiento para que yo continuara haciendo su labor”, expresó el segundo entrenador de Biojó, el profesor Pedro Grajales.
Exatletas del Valle y amigos, acompañan la velación de Ricardo Biojó
Apuntó además que: “Sabíamos que estaba en Bogotá pero no el trabajo que desempeñaba, nos duele mucho porque era un hombre aún muy joven y le dio muchos títulos a Colombia y el Valle del Cauca; cuando me enteré de la noticia de inmediato me comuniqué con el doctor Ramiro Varela y el hizo gestión con Félix Marrugo, presidente de la Federación, Ciro Solano, del Comité Olímpico Colombiano, para coordinar el retiro de los despojos de la morgue. Tengo entendido que entre los tres hicieron un aporte que ayudó en parte para el desplazamiento del cuerpo de Ricardo hacia Cali”, finalizó el profesor Grajales.
Ricardo Antonio Biojó Cortés (QEPD), primo del reconocido cantautor tumaqueño Tito Cortés, con vena familiar en el deporte; su Padre, Luis Antonio Biojó Quiñonez, hombre académico, coordinador del colegio Liceo Tumaco, portero de fútbol, quien luego de ser trasladado al Valle del Cauca, terminó radicado en el barrio San Antonio de Cali con su grupo familiar. En una rifa se ganó un bus intermunicipal que fue el sostén para terminar de criar a sus nueve hijos, al lado de su esposa Teresa de Jesús Cortés. El jefe el hogar falleció en Cali a los 59 años, mientras que la jefa a los 94 años vive en la capital vallecaucana.
Familia de nueve hermanos, y ahora con la partida de Ricardo Biojó quedan cuatro; Nilia, quien ha sido juez de la República y Fiscal delegada; Rafael, consultor farmacéutico, con gran talento para jugar al fútbol; Luis Antonio, corredor de 400 plano, antropólogo, licenciado en historia, guionista de cine y ex futbolista del Atlético Quindío y Edgar, hermano medio, abogado y también destacado velocista de 100 y 200mts en la década de los 70.
“Los hermanos mayores queríamos que Ricardo fuera futbolista, él siempre fue muy independiente con su vida, no supimos en qué momento se hizo atleta, tal vez porque del barrio San Antonio le quedaba cerca al estadio para entrenar; fue una sorpresa verlo con tan buenos resultados, aunque se destacó por ser muy dedicado al deporte”, expuso Luis Antonio Biojó, hermano del atleta que falleció a los 61 años.
Algo más de una década duró la vigencia de Ricardo Biojó haciendo notar su talento bajo la dirección técnica de sus únicos dos entrenadores Carlos Ávila y Pedro Grajales; cuando estaba en la cúspide de su carrera 1984, es cuando viaja a Europa y en Cataluña gana el Iberoamericano; luego en un periplo por Italia haciendo el ciclo como uno de los atletas destacados de Colombia viene un revés en su vida y un derrotero lamentable.
Ricardo Antonio Biojó Cortés, exatleta fallecido
De acuerdo a testimonio familiar, luego de varias actuaciones de Ricardo en Italia, para su regreso no le fue situado tiquete por los dirigentes de la época, década del 80; lo dejaron a su suerte, en un país desconocido, sin gente cercana y sin dinero le tocó vivir en la calle, alimentarse del rebusque, lo que hizo que cayera en las drogas. Cometan que al cabo de seis meses cuando pudo enviar un Marconi, la comunicación de la época, enterándose así de la circunstancia y estuvo de retorno a Colombia pero ya inmerso en la drogadicción.
Al tocar fondo con el problema su familia emprendió las ayudas para sacarlo del flagelo, decidieron entonces enviarlo a Bogotá, donde el tío Jesús María Quiñonez, logrando en la capital tener dominio del problema para encausar su vida en otro camino.
Al carecer de formación académica Ricardo Antonio Biojó Cortés, optó por encausarse en el trabajo de la construcción, labor que desarrolló hasta el último momento de su vida que se terminó con el fatal accidente de trabajo, olvidado por el entorno deportivo de la actividad donde brilló.
Aunque la mayor parte de su familia está en Cali, incluyendo su progenitora doña Teresa de 94 años, Ricardo Biojó, siempre mostró rechazo para regresar a la ciudad que lo vio brillar en el deporte, tal vez por el desengaño y castigo de los derroteros que provocaron su desgracia y olvido.
Publicación : Silvio Zamora Ramírez
Programa En Contacto Deportivo, Radio Voz Stéreo Internacional