Familia Antía Mulato; Pamela, Ignacio Alberto , Victoria y Sandra Erica.
El deporte del voleibol ha sido históricamente una disciplina referente en la actividad deportiva de Candelaria por sus destacados resultados regionales, nacionales e internacionales logrados y también por los sobresalientes deportistas que a lo largo del tiempo han emergido.
La huella plasmada por forjadores del talento como Rodrigo Llanos, Jennifer Aguirre, Johana Moreno; además, el legado de destacados voleibolistas candelareños del reciente pasado como Tatiana Rivas, Rubén Granja, Diana Arrechea, Steven Rivas, Sebastián Yepes, entre otros, ha permitido que vayan apareciendo nuevos talentos y un halagüeño relevo generacional para mantener viva la historia.
En el clan notable del voleibol que abre camino en el deporte de Candelaria se destacan dos jóvenes talentosas que se proyectan como potenciales figuras de este deporte en Colombia.
Las hermanas Victoria y Pamela Antia Mulato, quienes se perfilan para lograr cosas grandes en el voleibol, son herederas de una inconmensurable pasión por este deporte, legado de sus padres Ignacio Alberto Antía y Sandra Erica Mulato ligados por muchos años a la historia del vóley en Candelaria.
Sus progenitores, además de inculcarles el amor por esta disciplina se constituyen en acompañantes, auspiciadores, concejeros permanentes, pero también contribuyen en su formación deportiva; el profesor Antía, funge como su entrenador personalizado cuando no se entrenan en la Liga o con sus profesoras del municipio, cooperando con su conocimiento y experiencia de voleibolista buscando contribuir para que cada vez sus descendientes sean mejores deportistas.
El esfuerzo, constancia y deseo de alcanzar grandes logros en su deporte les ha permitido a las hermanas Antía ser por ahora selección Valle, y en el caso de Victoria tener convocatoria en su momento a entrenamientos con selección Colombia juvenil.
En casa de los Antía Mulato el tema del voleibol hace parte del plato del día. “Hablamos mucho de voleibol cuando estamos en casa, planificamos y aplicamos cosas de las que nos dicen nuestros padres ya que son bastantes conocedores del tema”. Indicó Victoria, la mayor de las Antía Mulato.
Las deportistas quienes viajan a Cali desde Candelaria tres veces por semana a entrenamientos en la Liga del Valle, tienen la fortuna de recibir clases personalizadas de su padre Ignacio Alberto, especialista en voleibol.
“Mi padre es bastante exigente cuando nos entrena el personalizado, pero eso es muy bueno porque nos ayuda a mejorar cada día. Nos inculca que debemos dar un cinco o diez por ciento más de las tareas que nos ponen, ya que esa mayor exigencia nos hace estar por encima de las demás”. Manifestó Pamela, quien tiene 14 años.
La convicción y amor por el voleibol está por encima del sacrificio que deben hacer para cumplir con sus estudios en horas de la mañana y los entrenamientos por la tarde en la Liga donde asisten los días miércoles, jueves y viernes. Con el tiempo medido deben salir de clase y empalmar viaje hacia Cali a los entrenamientos para poder cumplir con los horarios establecidos.
“Gracias al apoyo de mis padres y de mi papá que nos trasporta es que podemos entrenar en la Liga y estar evolucionando. Mi padre me ha recomendado que aprenda a jugar en varias posiciones ahora que estoy en pleno desarrollo deportivo que será muy importante cuando este en la élite, es por eso que en el juego me desempeño en entres posiciones, Auxiliar, opuesta y central, en las que he evolucionado bastante. Cada cosa que conseguimos nos llena de alegría porque vemos que es con esfuerzo”. Dijo Victoria, espigada jugadora de 1.77mts de estatura, estudiante de décimo grado del colegio Luís Amigó de Palmira.
Pamela Antía Mulato, la voleibolista menor, asume su deporte como una opción de vida en la que se proyecta para consolidarse como profesional; aunque por ahora está solo en selección Valle su marcada intención es llegar al combinado Nacional más adelante.
Se diferencia con su hermana Victoria en su temperamento más fuerte y ser menos sociable, pero se asemejan en la pasión por el voleibol, el talento, valor hacia sus padres y la asimilación de los principios y buena formación que han dado sus padres.
Las hermanas Antía Mulato son deportistas con un camino de gran proyección en el voleibol, gracias a su talento y constancia, pero también al aporte de sus entrenadores formadores en Candelaria José Rodrigo Llanos, Jennifer Aguirre, Johana Moreno; las enseñanzas de los profesores de la Liga, Ángelo Quicena, René Payán, su maestro en casa Ignacio Alberto Antía, quien en compañía de su esposa Sandra Erica inculcan grandes valores personales y deportivos a sus herederas.
Por: Silvio Zamora Ramírez
Periodista- Acord
Foto: Cortesía familia Antía Mulato