Aunque, como
suele suceder en Colombia, este personaje es más bien un ilustre desconocido
dentro el país, se trata de uno de los científicos más importantes del mundo. A
pesar de haber nacido con escasas posibilidades económicas en Buenaventura,
logró destacarse como el mejor jugador profesional de baloncesto del país –mide
1.95 m. - como integrante de la Selección Nacional y de allí en adelante se tomó
los inextricables caminos de la ciencia mundial.
Raúl Gonzalo
Cuero Rengifo Empezó estudios de Biología en la U. del Valle, obtuvo un Master
en la Universidad de Ohio y posteriormente sacó un PhD en Microbiología en la
Universidad de Strathclyde, Reino Unido. Fue galardonado como el mejor ex
alumno en la historia de la Universidad de Heidelberg, en Estados Unidos, donde
se graduó como biólogo.
Pasados cinco
meses de ocurrida la tragedia del reactor nuclear de Fukushima como producto
del devastador terremoto y posterior tsunami que azotaron la isla de Japón poco
se sabe sobre lo que hacen científicos nipones para poner punto final a esta
amenaza radiactiva.
Sin embargo, el
mundo se ha movido alrededor del tema en el entendido de que lo que suceda ahí
repercutirá en otras partes del mundo, por lejanas que parezcan. Siempre se ha
dicho que si uno llega a alguno de los confines del mundo encontrará a algún colombiano
esperándolo para darle las indicaciones del caso, servirle de guía, o venderle
algún producto de su invención.
Y esto, que
parecería una hipérbole resulta cierto en el caso de Fukushima: algunas de las
tecnologías que se están tramitando para descontaminar la planta fueron
desarrolladas por Raúl Cuero Rengifo, un científico colombiano nacido en
Buenaventura, en 1949. Otro de sus inventos logrará, por ejemplo, degradar de
un modo natural la contaminación por petróleo en el Golfo de Méjico. Otro más,
relacionado con los componentes del piso marciano, realizado para la Nasa,
podría descontaminar de radiación áreas diversas.
Es profesor
distinguido e investigador en la Universidad Prairie View A&M y miembro del
SynBerg, Centro para la Investigación de la Ingeniería de la Biología
Sintética, conformado por las universidades MIT, Harvard, Berkeley, Stanford y
San Francisco.
El doctor Cuero
tiene más de veinte inventos patentados y en proceso. Es presidente fundador de
la Fundación Parques de la Creatividad, con sedes en cinco países de tres
continentes. Considera que esa es su mejor invención porque capacita jóvenes
estudiantes para convertirlos en inventores. Ha recibido numerosos
reconocimientos, entre ellos el Premio de Tecnología Tech Brief Award de la
Nasa, para el cual ha vuelto a ser nominado por sus tres últimos inventos, el
más importante de ellos, un bloqueador natural contra la radiación ultra
violeta, que se podrá utilizar en los viajes espaciales y para combatir el
cáncer de piel.
En 2004 fue
condecorado por el Gobierno colombiano con la distinción Caballero de la Orden
Simón Bolívar. Según cuenta en su último libro De Buenaventura a la Nasa, su
patria chica era una de las ciudades más pobres de Colombia a comienzos de los
60: “Un lugar sin referencia universal, sin héroes. Sin una infraestructura
básica para vivir, como acueducto, energía eléctrica, medios de transporte y
comunicación.
AQUI RESPUESTA DE ALGUNOS INTERROGANTES
En mi niñez
tenía que caminar largas distancias para recolectar agua que no estaba
disponible en nuestras casas. Irónicamente este tipo de ejercicio probablemente
contribuyó para que yo tuviera buena resistencia y fuerza para jugar con éxito
al baloncesto”.
¿Qué le
permitió salir de Buenaventura e iniciar el camino que le ha dado tantos
triunfos? Sólo siendo una de dos cosas: gran estudiante o gran deportista. Yo
escogí las dos, pero nunca tuve científicos ni grandes deportistas negros que
fueran mis paradigmas, sino a colombianos de ascendencia europea que se han
destacado en las ciencias latinoamericanas. Era hasta divertido porque la
diferencia cultural y social me hacía difícil interpretar y descifrar
plenamente sus pensamientos y escritos, aparte de que ellos mismos intentaban,
a su vez, interpretar la ciencia creada en Europa. Era algo así como tratar de
interpretar algo en tercera dimensión. Risa.
Debe ser uno de
los pocos afrocolombianas con un doctorado en su especialidad...Sí, cuando
obtuve el PhD en Microbiología, en 1986, caí en la cuenta de eso. El número de
grandes jugadores negros de baloncesto en Colombia y América Latina también era
muy pequeño. Eso cambió con la Liga de Baloncesto que se fundó en 1975 y de la
cual fui miembro fundador.
¿Cómo vivía en
Buenaventura? La casa de mi bisabuela y mi abuela estaba construida en
bahareque y su techo era de lata. Me gustaba muchísimo pasar mi tiempo allí,
más que en mi propia casa -que mi padre fue construyendo poco a poco, en
ladrillo-. Me sentía muy a gusto allí y me fascinaban no sólo el buen humor de
mis tíos, sino los pequeños rituales ancestrales, una copia lejana de los que
se hacían en ciudades africanas, que luego conocí. Adoraba el olor de mi abuela
que se bañaba -y me bañaba a mí- con agua calentada al sol y perfumada con
hierbas y hojas aromáticas que recogía, sabiamente, en el monte.
¿Qué lo hizo
tan observador y disciplinado?, ¿quién le enseñó a pensar? Como de niños no
teníamos juguetes me fascinaba observar los animales pequeños como las
lagartijas. Un día que las estaba mirando vi que solo se trepaban por las
paredes de ladrillo de la casa de mi papá, entre el mediodía y las seis de la
tarde, cuando hacía mucho calor en el pueblo. Entendí que por no tener sistema
termo regulador, tenían que utilizar los muros frescos para evitar el calor y
eso me sorprendió y me encantó. También me preguntaba por qué sus colas seguían
moviéndose solas después de que se les desprendían. Yo diría que todo lo que
observé en esa época, con gran minuciosidad, determinó mi pasión por la
ciencia.
Usted fue el
primero de diez hermanos que terminó secundaria y el único que logró llegar a
nivel de postgrado y doctorado. Habla cuatro idiomas y se convirtió en inventor
y científico. ¿Qué fue lo más difícil? Dejar mi ciudad natal me dio muy duro,
pero afianzó mi habilidad para sobrevivir. Creía que ese viaje era un gran
logro, pero se convirtió en un reto porque tuve que luchar permanentemente
contra los prejuicios raciales, sociales, económicos y geográficos. Por la
enorme discriminación que había en la universidad me dedique a estudiar, a
leer, me enfoqué con gran dedicación a ser más creativo, y me propuse ser el
más resistente y el más determinado.
¿Cómo viajó y
pagó su viaje a Estados Unidos cuando le dieron la beca? Navegué hacia los
Estados Unidos en un barco de la Flota Mercante donde mi padre trabajaba como
marinero hacía casi 20 años. Por esa circunstancia solo pagué el valor
simbólico de un dólar por día, por lo que mi viaje a Estados Unidos costó solo
siete dólares. ¡Imagínese!
¿Qué significó
visitar por primera vez África, el continente de sus ancestros? Como lo digo en
mi libro, ir a África por primera vez fue la confirmación de mi identidad
biológica, étnica y antropológica. Fue abrumador observar una gran masa de
gente de raza negra moviéndose, controlada por su propia dirección y destino.
Experimenté, por primera vez en mi vida, un sentimiento de absoluta libertad
mental y social y de pertenencia total. Me sentí como pez en el agua.
¿Qué significa
para un científico como usted la globalización? La corriente de globalización
ha producido un efecto común a la homogenización cultural y por lo tanto ha
reducido la diversidad, lo cual da como resultado no deseable que la
creatividad individual y la singularidad están disminuyendo. Como he trabajado
en muchos países he podido observar cómo la homogenización cultural dada por la
globalización ha reducido también la creatividad en la ciencia.
¿Cuáles son
algunas de sus investigaciones para Nasa? Mis investigaciones en biogénesis
financiadas por la Nasa están probando la gran y directa interacción que existe
entre la emisión de electrones, el crecimiento celular y el metabolismo. Otras,
usando simulaciones del suelo de la Luna y de Marte han dado resultados
positivos. Ya publiqué un resultado preliminar sobre mi investigación en
biogénesis microscópica, utilizando suelo simulado de Marte y electro-sensores.
En él pruebo que el agua no es el único y más importante factor para encontrar
vida en Marte; hay también otros factores como la óxido-reducción, el ferro
magnetismo y la intensidad lumínica, cuya importancia fue corroborada, un año
después, por la exploración a Marte realizada por la Nasa.
¿Cómo se llega a ser un inventor? Cuando
estudié en Inglaterra me di cuenta de que la creatividad nace del hacer y de
que la imaginación no conoce fronteras, pero primero hay que hacer una especie
de trabajo de carpintería, como decía Einstein: primero hay que ser carpintero
para ser arquitecto. Sin saberlo, yo practicaba esa sentencia. En mi pueblo era
de los pocos niños que trabajaba. Lo hacía en una bomba de gasolina, montando
llantas, lavando carros y echando combustible.
Nota tomada de redes sociales sin autor, es replicada en este medio debido a la importancia que tiene para Colombia el doctor Cuero.
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