Yoemar Guarecuco y Luciana, chocan en la disputa de un balón. Foto Conmebol
Quien no haya visto el partido final de la Copa Libertadores femenina entre América y Ferroviaria jugado en el estadio José Amalftani de Buenos Aires Argentina al conocer el resultado es lógico que piense que América fue superada por el equipo brasilero. A la luz del marcador, es verdad por la cifra final 2-1 en favor de las de Araracuara pero la realidad del contenido del juego fue otra.
Quedó campeón un equipo inferior, con menor expresión de fútbol, escaso potencial de ataque que solo fue ordenado por momentos y no más.
Las brasileñas se encaramaron en el resultado en ocasión a dos grandes errores defensivos del equipo de Usme; uno craso de la portera Tapia, figura ante Corintias pero ante Ferroviaria traicionada por los nervios que la llevaron a entregar el primer gol al minuto seis mediante tiro libre de Dasilva.
Luego una acción sin riesgo dentro del área la defensora Lizet Ocampo comete una falta a Ana Lourdes para que sancionara pena máxima la juez chilena Belén Carvajal, traducido en gol por la capitana Aline Milene, apenas cuatro minutos después de que Catalina Usme había empatado el juego con tiro libre desde los 11 metros (penal).
Con eso ganaron las de Sao Pablo, que carecieron de acciones ofensivas y estuvieron sometidas en todo el segundo tiempo por las impetuosas jugadoras escarlatas que intentaron por todos los sectores pero no pudieron.
Las buenas intervenciones de la portera Luciana, tres balones en los palos y también definiciones apresuradas producto de la ansiedad llevaron al traste el deseo de las americanas de ser campeonas de Copa Libertadores.
América femenino fue un equipo que unió al país entorno a ellas por su buenas maneas de jugar al fútbol, su carisma, mística y unidad que proyectaron,, demostrando dignidad, respeto por su profesión, su equipo y por todo un país.
Las futbolistas escarlatas se entregaron como guerreras pero no era el día para celebrar, hicieron un estupendo torneo a pesar de haber llegado carentes de competencia por la falta de estructura del balompié femenino en Colombia .
Vendieron cara la derrota y de nuevo con hechos enviaron un mensaje a los dirigentes colombianos que actúan con mezquindad hacia el fútbol femenino para que implementen una verdadera liga profesional y así los equipos lleguen con más competencia a este tipo de torneos donde se avanza por la tenacidad y calidad de las jugadoras a pesar de la subvaloración por parte de quienes manejan el fútbol en Colombia.
Queda demostrado que no alcanzar el objetivo no siempre será un fracaso, hay maneras de perder y así se evidencio en esta final donde las mejores no fueron las campeonas.
Felicitaciones a todo el grupo de jugadoras, Catalina Usme, Carolina Pineda , Gisela Robledo, Diana Ospina, Yoemar Guarecuco, Wendy Bonilla, Manuela González, Sofía Martínez, Gabriela Rodríguez, Laury Basanta, Daniela Arias, Tatiana Castañeda, Kaherine Tapia, Lizeth Ocampo, Jessica Caro, Mariana Zambrano, Angie Iglesias, Nathalia Giraldo.
A su cuerpo técnicos liderado por Andrés Usme, Gustavo Pineda, Alex Sánchez y Marcela Gómez la presidenta del equipo.
Silvio Zamora Ramírez
Periodista Acord
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