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miércoles, 28 de agosto de 2024

Ramiro García Arango, el pionero de las pesas en El Cerrito, una historia escondida


Ramiro García Arango, pionero de las pesas, municipio de El Cerrito, Valle del Cauca

La historia de las pesas en El Cerrito, Valle del Cauca, tiene un capítulo de origen que pocos recuerdan, muchos desconocen y vale la pena traer a la memoria, como reconocimiento a quien sembró las primeras semillas de un deporte que ha sobresalido y posicionado un municipio adornado por llamativas planicies, frondosos  cañales y las raíces nacientes de la cordillera central vallecaucana.

Ramiro García Arango, hombre raizal cerriteño, del barrio Santa Bárbara fue el pionero y gestor del primer paso que marcó el camino de la halterofilia en su pueblo, para que, con el paso de los años otros destacados hombres de las pesas en el municipio, Joselito Pedroza y Tolentino Murillo, marcaran también una histórica huella.

Ramiro García Arango 

Nos remontamos a la década de los años 60”, 1964 cuando Ramiro García, regresaba de prestar el servicio militar por tierras del Tolima, y todavía con la milicia y la adrenalina de un joven que sentía comerse el mundo, quería mantener su físico y fuerza muscular con la que llegó del Ejército.

No importaba hacer sus ejercicios con pesas hechizas, lo importante era verse como un hombre “cuajado”, y por eso no le fallaba a sus rutinas de fisicoculturismo. La constancia en esa actividad con elementos de gimnasio y pesas le fue enamorando de algo que los jóvenes le han denominado los fierros (elementos de gimnasio); de ahí que en las invitaciones a entrenar acuñan la siguiente frase: “vamos a pegarle a los fierros”.


Transcurría el año 1966 y con la fiebre del fisicoculturismo en pleno Ramiro García conoce a Nevardo Cardona, un trabajador de curtiembres, recién llegado de Sevilla, quien entrenaba pesas en su municipio, éste lo invita hasta Buga donde encontraron un entrenador que los preparó para sus primeras competencias, el profesor Jaime Echeverry, iniciador de las pesas en la Ciudad Señora; así como lo fue en Tuluá Antonio Ochoa, en Palmira y Cali Ney López y en el Cerrito Ramiro García.

Siguiendo el derrotero de la historia, con las enseñanzas del profesor Echeverry en Guadalajara de Buga, Ramiro García Arango, comienza a competir en torneos departamentales y nacionales en representación de este municipio en compañía de otros halteristas como Nevardo Cardona, Javier Grajales, Horacio Ballesteros, entre otros, destacándose como medallista en los Juegos Departamentales de Buenaventura 1972, un hecho inolvidable para él.

 En la foto, Ramiro García,  el primero de izquierda a derecha 

Finalizando los años 60 e iniciando la década del 70, don Ramiro, como primer pesista de El Cerrito, con sus conocimientos y experiencia alcanzada, inicia entonces la enseñanza de su deporte de pesas en su municipio.

Cuenta que para enseñar la técnica las primeras clases las dio con palos de escoba, las pesas eran, barra de tuvo y discos con mezcla de concreto que él mismo hacía al no tener implementos. El primer sitio donde enseñó pesas en el Cerrito fue en el barrio Chapinero, carrera 14 con novena, en el patio de la casa de la señora Ana María Cabal, a la postre su suegra.

Otros epicentros que buscó García Arango para marcar el camino de las pesas y enseñar a los jóvenes de su municipio fueron; la escuela Pedro Antonio Molina, la casa del señor Aicardo Lozano, un líder deportivo y entusiasta locutor del municipio, y también el Centro Cultural Universitas, creado por los hermanos Armando y Alfredo Nieto Navia, institución que representó cuando regresó a competir por El Cerrito.


Su dinámica de acción del hombre pionero de las pesas de El Cerrito le permitía desempeñar varias funciones paralelas; trabajar como empleado del ingenio Manuelita, entrenarse para sus competencias como deportista activo; pero, además, formar y promover las pesas entre los jóvenes de su municipio.

Algunos de los cerriteños que Ramiro García indujo a su deporte en aquella época fueron: Joselito Pedroza, quien luego tomó el timón y se convirtió en el gran impulsor de las pesas de El Cerrito hasta la actualidad; Tolentino Murillo, el pesista cerriteño de mayores logros internacionales, octavo lugar en los Juegos Olímpicos de Seúl Corea 1988 con diploma olímpico; hasta ese momento el segundo mejor pesista colombiano en una olimpiada.

Antes habían destacado Ney López, primer colombiano en pasar a unas finales en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, también con diploma; William Salazar, noveno lugar también en Seúl 1988; en adelante, Eyne Acevedo, sexto puesto en Barcelona 1992, después Juan Carlos Fernández, Nelson Castro y Carmenza Delgado, todos con diploma olímpico. Referenciamos aquí las anteriores posiciones antes de la primera medalla de oro de María Isabel Urrutia en Sídney 2000.


Otros alumnos del primer promotor de las pesas en El Cerrito, Ramiro García, hombre que a sus 82 años se muestra lúcido y activo, radicado en Cali con su esposa Doris Domínguez, fueron Javier Grajales (QEPD), quien luego se convirtió en su compañero de competencias representando a Buga; los mudos, entre ellos uno de apellido Caraballo, Américo, Disney Santos, entre otros que no alcanzó a recordar.

Transcurría el año 1973, ya las pesas comenzaban a tener auge entre los cerriteños; fue entonces cuando se unió un grupo de entusiastas con la iniciativa de Aicardo Lozano, el locutor que promovía las actividades deportivas y culturales en el municipio y crearon el primer club de pesas de El Cerrito con el nombre Pentágono. Entre los creadores se destacan, Aicardo Lozano, Joselito Pedroza, Ramiro García, Armando y Alfredo Nieto, creadores del Centro Cultural Universitas, sede del naciente Club de Pesas Pentágono.


Ramiro García, después representó a Pentágono como deportistas y monitor, hasta cuando se radica en Palmira donde llega a promover las pesas, y a representar al municipio como deportista, cuando había un largo estancamiento ante la salida de Ney López. En esta labor lleva a las pesas a su hijo Alexander García Domínguez, quien compite poco tiempo y también entrena al legendario Humberto Hernández, quien terminó haciendo una buena historia en las pesas de la Villa de las Palmas.



Recordar es vivir dice un viejo adagio; en ese sentido hemos querido darle vida a una parte de la historia de las pesas de El Cerrito, con una leyenda que unos desconocían, otros olvidaron y algunos pocos recordaban de un hombre noble, apasionado por las pesas, que nunca pregonó lo hecho; el profesor Ramiro García Arango, primer pesista cerriteño, primer entrenador del municipio, integrante del grupo creador del primer club de pesas de El Cerrito, Pentágono, quien compitió en representación de tres municipios del Valle, Buga, El Cerrito y Palmira.


El profesor Ramiro García, a través de su deporte dejó una huella marcada en la plataforma histórica de su municipio natal, El Cerrito; hombre que debe quedar perenne y se debe recordar siempre ante las nuevas generaciones.






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