Redacción, oficina de comunicaciones Colegio San Bartolomé La Merced, Bogotá-Colombia.
Este año se conmemora más de un siglo de historia del fútbol capitalino con el torneo Gumersindo Lizarraga que se llevará a cabo en el Colegio San Bartolomé la Merced, uno de los lugares en donde se originó este importante deporte.
Equipos de gran importancia en el FPC, como lo es Millonarios, se originaron en el estadio “La Merced”, donde actualmente se encuentra el Colegio que organiza la copa. Este espacio fue el primero en acoger a miles de corazones que vitoreaban a sus favoritos mientras compartían un momento de felicidad junto a sus compatriotas.
Es por esto que el San Bartolo quiere realizar un homenaje a toda esta historia a partir de la organización de la Copa Gumersindo Lizarraga que se llevará a cabo entre octubre y noviembre del presente año. El Colegio invita a varias instituciones educativas a participar del torneo en el mismo espacio donde alguna vez sucedió la Copa Restrepo y la Copa Mayor Bartolina, para así poder celebrar las raíces del deporte que hoy une a todos los colombianos y al mundo.
Aunque existen demasiadas teorías sobre el origen de fútbol en nuestro país, y no se ha llegado a un acuerdo total sobre cuál fue la primera ciudad por donde rodó la pelota, una de las versiones más completas, y mejor contadas, comienza en el año 1892 con la llegada del coronel Henry Rowan Lemly a la Escuela Militar de Bogotá.
El coronel, que había recorrido otros países donde ya se conocía y practicaba este deporte, pensó que era una buena idea traerlo a Colombia como parte del entrenamiento de los cadetes. Fue así que decidió traer el primer reglamento de fútbol traducido desde Inglaterra, además de organizar el primer partido de nuestro país, el cual se llevó a cabo el 22 de junio de 1892 en las mismas instalaciones de la escuela militar, y entre un par de equipos improvisados, conformados por los mismos cadetes.
Aunque el coronel tenía las expectativas altas sobre este encuentro deportivo y se pensaba que tal innovación llamaría la atención de, al menos, los habitantes de la ciudad de Bogotá, la realidad fue muy distinta puesto que, si ya era cierto que uno de los menores puntos de interés social del país eran los deportes, también es verdad que la situación económica y política que se estaba viviendo en general tenía las miradas de todo el mundo en asuntos de mayor peso (Lo que terminó en la guerra civil de los mil días), de manera que el gran coronel Henry Rowan Lemly dejó una primera huella del fútbol, pero con pocos resultados a gran escala.
A finales de 1902, cuando la calma regresaba al país después de la guerra y nuevamente había potencial para pensar en el futuro, los colombianos comenzaron a dar pasos para seguir adelante con sus proyectos de vida. Por este tiempo, en el año 1908, la Compañía de Jesús, específicamente los jesuitas instalados en el Colegio San Bartolomé, en el centro de Bogotá, decidieron comprar un predio sobre las zonas boscosas y abiertas de la ciudad, con el fin de tener un espacio campestre para los miembros de la compañía y los estudiantes, así nace la finca “La Merced”.
Para el año 1910 el fútbol era un poco más reconocido en el país, sin embargo, no pasaba a tener ni una décima parte de la atención que tiene hoy en día como deporte espectáculo. Los Jesuitas, que notaron el potencial cuando observaban a sus estudiantes jugar en las instalaciones del colegio, decidieron crear un espacio mucho más amplio y especializado para esta práctica deportiva, así que demarcaron un gran espacio en la finca “La Merced” como cancha de fútbol para quien estuviera interesado en jugar.
La apertura de este campo logró llamar la atención de muchos bartolinos (estudiantes del San Bartolomé) que empezaron a interesarse en el deporte, de manera que, en el año 1911, se había llevado a cabo la suficiente cantidad de partidos (matches), como para que el colegio tuviera la posibilidad de crear su propia selección: Bartolinos F.B.C.
Todo este auge emocionó tanto al Padre Gumersindo Lizarraga, y vio tanto potencial en el deporte como una actividad clave para el desarrollo físico y mental de los estudiantes, que se propuso impulsarlo como una práctica mucho más fuerte entre instituciones, y para principios del año 1912 ya había repartido varios reglamentos de fútbol a los jóvenes del colegio San Bartolomé y otros centros educativos de la época.
Gracias a esta acción, el Padre Lizarraga, aumentó la emoción por este deporte en Bogotá en general, pues varios equipos de la ciudad que oyeron sobre la gran cancha de La Merced, se organizaron para ir a practicar y jugar a aquel espacio donde se respiraba la pasión por el fútbol.
A mediados de 1912, la cancha de “La Merced” era reconocida por toda la sociedad en general, tanto así, que cabía entre lo normal que el sitio se llenara de una gran cantidad de público que se emocionaba por presenciar los partidos, en los que no solamente participaban centros educativos, sino también equipos pertenecientes a lo que hoy conocemos como ligas mayores.
A finales de este año, el fútbol en Colombia ya se consideraba un deporte espectáculo, y para septiembre, el presidente del momento, Carlos E. Restrepo, organizó la primera copa de fútbol en la ciudad de Bogotá: La copa Restrepo.
Desde un tiempo atrás, antes de la copa, la emoción por el fútbol era tan fuerte y contagiosa que el rector del colegio San Bartolomé junto a otros varios equipos de fútbol de la ciudad, habían aportado una gran suma de dinero para la remodelación de la cancha de fútbol del colegio, logrando que, para enero de 1913, la finca “La Merced” tuviera el primer estadio con graderías, con capacidad para más de mil personas y con zona VIP.
Este estadio se inauguró con un exitoso partido entre los bartolinos (pertenecientes al San Bartolomé) y los Sallistas (pertenecientes a La Salle). De ahí en adelante fue un espacio sumamente significativo para la siguiente copa Restrepo, que se dio a finales de ese mismo año.
La Copa Restrepo fue cancelada en el año 1914, pero el rector del Colegio San Bartolomé no quiso dejar pasar este gran evento que reunió a todo un país en una misma cancha, así que decidió inaugurar la Copa Mayor Bartolina que se disputó del 20 de septiembre al 1 de noviembre de ese mismo año.
No se tienen versiones claras sobre la continuidad de esta copa o si fue algo de una sola vez, pero lo que sí se puede reconocer es el gran aporte del Colegio San Bartolomé para la historia del fútbol colombiano. En los estantes del colegio reposan hoy en día algunos de los trofeos que datan de la época y dan testimonio de esta gran historia.
Es por eso que San Bartolo decide realizar este año la copa Gumersindo Lizarraga; un homenaje al deporte que continúa haciendo vibrar los corazones de miles de colombianos y colombianas.
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